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Entremés del Juez de los divorcios - Miguel de Cervantes

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El juez de los divorcios se divide entre cuatro episodios y una canción final. El entremés empieza con el matrimonio de Mariana y el Vejete, quienes presentan su caso por divorcio al juez. Inmediatamente, Mariana demanda el divorcio, diciendo, “¡Divorcio, divorcio, y más divorcio, y otras mil veces divorcio!”. Ella sostiene que su marido es repugnante y demasiado viejo, y está cansada de ser su enfermera. Ella es más joven y quiere un mozo guapo. Su marido también quiere el divorcio, y sostiene que ella causa sus enfermedades por su maltrato.

La siguiente pareja consiste en un soldado y su esposa, doña Guiomar. Ella tiene una “actitud despectiva e insultante hacia su marido”. Ella está frustrada porque su marido no tiene trabajo y no cumple con sus responsabilidades. Él es un soldado y un poeta que tiene un carácter apacible y pasivo, mientras que ella es terca y agresiva (insultándole mucho).

Después, el cirujano y la señora Aldonza de Minjaca llegan a presentar su caso. El cirujano es un cirujano vestido de médico. Este detalle es significativo porque un cirujano era una profesión menos admirable que un médico. El Cirujano presenta cuatro razones por el divorcio, mientras que su esposa responde que tiene cuatrocientas. Cuando el juez les pide una prueba, el cirujano pregunta, “¿Qué más pruebas, sino que yo no quiero morir con ella, ni ella gusta de vivir conmigo?”.

El último caso es el del Ganapán, quien viene solo. Él es un cristiano viejo, detalle que él considera muy importante. Él revela que se había casado con una prostituta mientras estaba borracho una noche y ahora desea divorciarse de ella.

El juez no aprueba el divorcio en ninguno de los casos porque según él no se ha presentado evidencia suficiente para merecerlo. Para dar fin a la obra, el juez invita a unos músicos a tocar y cantar. En la letra de la canción se presenta una moraleja: “más vale el peor concierto, que no el divorcio mejor”