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Amalia es una novela escrita por el autor argentino José Mármol. Tuvo un desarrollo ya de por sí bastante complejo, pues las primeras partes de la obra comenzaron a publicarse en el año 1851, en formato de folletín periodístico en un famoso diario argentino, pero, con el estallido del pronunciamiento de Urquiza, la distribución se detuvo y el autor tuvo que esperar hasta el año 1855 a que la novela, por fin, fuese publicada de manera íntegra, sentando un precedente y siendo considerada por los críticos como la primera obra de prosa propiamente rioplatense.

La novela se presenta con un enfoque reformista y novedoso. El relato principal versa sobre una historia de amor. Sin embargo, el objetivo del autor es el de retratar fielmente uno de los fenómenos históricos más influyentes e importantes de Argentina: El Año del Terror. En 1840, Juan Manuel de Rosas, el caudillo de la Confederación de Argentina, persiguió a todos sus opositores, conocidos como unitarios, en una guerra civil cruenta. Ese es el marco o el contexto a partir del cual se desarrolla la historia.

La acción comienza cuando seis hombres del Partido Unitario deciden escapar del ejército de Lavalle pero, justo cuando están a punto de cruzar la frontera, cuatro hombres armados los detienen y, al tratar de huir de ellos, matan a cuatro de los seis. Uno de los supervivientes es Eduardo Belgrano, un joven hacendado emparentado con el general Belgrano, quien resulta malherido en aquella escaramuza. Su amigo Daniel lo pone a salvo llevándolo a la casa de su prima Amalia para curarlo. Amalia es la protagonista absoluta de la novela y se nos presenta como una joven y bella dama de Buenos Aires que enviudó al poco de casarse. Amalia se ve en el compromiso, no ya solo de cuidar al desconocido que se encuentra malherido, sino de esconder en su casa a un proscrito perseguido por el ejército y la policía.

A partir del encuentro entre Amalia y Eduardo terminará surgiendo, como cabe suponer, un irrefrenable amor entre ambos, teñido en todo momento por el temor de que el paradero de Eduardo pueda ser descubierto, así como por la serie de fenómenos violentos y de tremenda relevancia que están sucediendo en el exterior. Se trata de dos tormentas: por un lado, la interior que supone siempre un enamoramiento. Y por el otro la externa, en la que los cambios sociales y políticos agitan a toda la población.

En esta novela José Mármol tiene la oportunidad de hablar de una gran cantidad de figuras históricas y de repasar buena parte de los sucesos más destacados de aquellos momentos, siendo la narración, al margen de la historia de amor, un documento histórico de evidente valor. Otro elemento clave dentro de esta contextualización es la polarización de los bandos así como el vocabulario que utiliza el autor como forma de diferenciar los distintos personajes de la novela Amalia. Mediante este mecanismo José Mármol consigue que el lector empatice enseguida con los partidarios de los unitarios, siendo estos los principales beneficiarios de las simpatías. Parte del interés de la novela radica en la intriga que genera saber si triunfará uno u otro bando.

Al hablar sobre escritores hispanoamericanos del siglo XIX siempre hay una serie de dificultades claras. Por un lado, la influencia estilística de las colonias es verdaderamente evidente, en este caso la española. Sin embargo, hay rasgos que intentan ya ser propios e independizarse de cualquier clase de dominio artístico. En esta obra las técnicas narrativas empleadas no suponen un todo continuo. Un ejemplo está en las descripciones. Los críticos aciertan en señalar que hay una evidente disonancia entre algunas de ellas. Por ejemplo, al hablar de los fenómenos históricos el autor emplea un estilo prácticamente cinematográfico en el que busca, por encima de cualquier otra cosa, la velocidad, la acción y la imagen. Y, en otros fragmentos, como en la propia descripción de Amalia y de sus emociones y pensamientos, el autor despliega una prosa más pausada y con un estilo más descriptivo y cuidado.